viernes, 20 de febrero de 2015

La Logia… Un Edificio: Dos hermanos (Parte 1 de 3)

Por Jeremías Martell

El Viejo  Marcos y Juan Leonardo de la Torre son miembros de la Fraternidad. No de la misma logia. El Viejo Marcos es miembro de la Respetable Logia Jerusalén…  una logia demasiado “humilde” para el gusto y caudal de Juan Leonardo. Éste es miembro de la encopetada Muy Respetable e Inmaculada Logia Hijos de la Lucerna del Alba.

En realidad Juan Leonardo era un miembro en el exilio de su logia. Continuaba pagando sus cuotas, pero podían pasar meses sin que pisara la logia. Su continua garata con Ramona era tal, que prefería no ir muy seguido a la logia… y los hermanos se lo agradecían. Porque luego que  iba Ramona pasaba semanas recordando todas las “malas acciones” que se alegaban Juan Leonardo había hecho.

Juan Leonardo iba a las “grandes” actividades, a las más importantes, que requerían la presencia de alguien de “prestigio”. Cuando visitaba el Muy Respetable e Ilustre Gran Maestro con su sequito, a las elecciones de la logia, y a todas las actividades del Gran Oriente Nacional y Soberano. De lo cual Ramona decía, una y otra vez, era un intento de Juan Leonardo en comprar las elecciones o influencias. A pesar que Juan Leonardo nunca se postulaba para posición alguna o apoya a algún candidato.

Tal vez la verdadera razón por la cual Juan Leonardo no iba a la logia, no era por evitar problemas con Ramona, sino porque ya no era uno de los Dueños de la Logia. Peor. Luego de estar en el Trono de la Logia por 10 años, se le había arrebatado. Lo cual no fue un asunto limpio y requirió muchos chismes, medias verdades y tergiversaciones por parte de Ramona. Sin embargo, nadie le podía acusar de “mentir”.

Luego de “sacar del poder” a Juan Leonardo, Ramona lo quería destruir. Ella comenzó por “auditar” los libros y actas de los 10 años de administración de Juan Leonardo. Lo que ella encontró fueron tantas artimañas y trucos bancarios que difuminaban la línea de lo legal y moral. Lo que más le sorprendía es que a pesar de todos los trucos, quedaban abundantes fondos en las arcas de la logia.

Si algo le daba rabia a Ramona es que no podía hacer mucho contra Juan Leonardo. Al atacarlo ella se había desacreditado.

Esa auditoria no había sido autorizada por la logia. Además la había hecho luego que Juan Leonardo se había ido al exilio. Nadie le creería a Ramona. Siempre quedaría la duda si todo fue un invento o represaría de una vieja alcohólica y chismosa.