Por Jeremías Martell
Bernardo había soñado con
este momento durante años. La notificación de que se le había otorgado el más
alto de los grados de la fraternidad le había llegado por correo. Leía y releía
la carta en suprema satisfacción. Durante mucho tiempo se le había negado este
honor. Y aunque en teoría no se debía pedir el grado, él había trabajado por él.
Sus acciones gritaban ‘yo quiero’.
Por fin ya era de él.
La primea vez que le fue
‘negado’ el grado fue por el escándalo que había sucedido en su escuela. Bernardo
había sido maestro de escuela secundaria y había subido en la jerarquía hasta convertirse
en director de escuela.
Nunca se supo lo que
sucedió. Pero en menos de un año fue transferido de escuela. Pasó de estar en
el pueblo con la mayor incidencia de incesto y abuso de menores al pueblito que
se enorgullecía de no haber tenido muertes violentas en 20 años.
Allí laboró como director.
No se distinguió, tampoco hubo grandes escándalos. Hasta que Bernardo de equivocó.
Porque a pesar de dar la impresión de ser un hombre serio, tenía la misma
aflicción que le diagnosticó Nobokov and Humbert. La ‘inocente Lolita’ habló,
no se sabe si fue la verdad. Pero en un arreglo extra judicial la carrera
profesional de Bernardo llegó a su fin.
Sus hermanos de logia lo
ayudaron y el escandalo se controló. Tanto así que los Grados Superiores de Sur
tuvo a bien elegirlo como su líder. Ahora era el Director del Capitulo Sur de
los Grados Superiores. Pero el daño ya estaba hecho. Y en esa ocasión el grado más
alto le fue conferido un hermano del Capítulo del Oeste de la isla.
Si Carlos Zatran tiene
razón, y la envidie es la religión del mediocre, Bernardo estuvo a punto de ser
su profeta la segunda vez que se le negó el Máximo Grado.
El Máximo Grado estuvo muy
cerca de él. Pero muchos se acordaban de los que había sucedido en aquella
escuela. Aunque ya habían pasado muchos años, y muchas cosas habían sucedido en
la ciudad que opacaban lo que se sospechaba él había hecho, era muy pronto. Además
el galardonado esa vez había invertido mucho dinero en la logia y en los Grados
Superiores.
Rodolfo sería quien ostentaría
el Máximo Grado antes que todos los que allí estaban. Bernardo moría de la
envidia. Pero sonreirá y alababa y felicitaba a su hermano Rodolfo. Quien le
había arrebatado su grado. En el silencio de su mente Bernardo odia.
La tercera vez que el grado
se le negó fue por una pugna entre hermanos de logia.
Él no tenía algo que ver con
esa pelea fraternal. Ni siquiera era un conflicto que se originara en los
Grados Superiores o en su logia madre. Ramona y Sebastiana no podían mantener
su casa en orden y ahora traían sus problemas a la casa de Bernardo.
Ellas odiaban a Jeremías con
la pasión del amante despechado. Él había sido su ‘niño dorado’ y heredero
aparente. Pero el eligió el camino de la ley y orden y no le daba la sigue lealtad
que ellas requerían y merecían. Ellas habían permitido que él se iniciara en los
Grados Superiores. Ahora estaban arrepentidas.
Así que manipularon a los
hermanos de los Grados Superiores para poner a Jeremías bajo investigación por
sus ‘creencias’ religiosas y luego dejar la investigación ‘bajo mallete’. De
tal forma jamás resolverían la investigación y Jeremías quedaría en un limbo
procesar.
Bernardo sólo hizo lo que
los hermanos quisieron. Así se lo expresó a Jeremías cuando éste le reclamó por
qué no le habían otorgado los demás Grados Superiores. Bernardo pensó que todo
había terminado cuando Jeremías salió del templo como demonio con alma en mano.
Él no contaba con lo que Jeremías haría después. Ya que éste viajó a la Capital
en búsqueda de una audiencia con el Supremo Maestro General. Quien comandaba a
todos los Cuerpos de los Grados Superiores del Mundo.
Planteó su caso.
Fue escuchado.
Y se le ordenó a Bernardo a
otorgarle los grados Jeremías o dejarlo ir a otros capitulo.
Jeremías eligió otro capítulo.
El daño a la carrera de
Bernardo fue palpable. Se le volvió a negar el Máximo Grado. Cómo alguien que
haya fallado en sus funciones de líder de un capitulo podía ser honrado con el más
alto grado.
Para añadir a su dolor los
arquitectos de sus desgracias, Ramona y Sebastiana, fueron galardonadas con el
rango de Comendador del Tempo. El grado que Bernardo ostentaba, el grado justo
antes del Máximo Grado. Esto, en efecto los hacia a los tres iguales; y Jeremías
logró todos lo grados hasta el de Sublimizo Príncipe; obtuvo lo que en el Capítulo
Sur le negaron y ahora comenzaba una exitosa carrera como instructor en el Capítulo
al que partencia.
Bernardo sufría.
Su larga miseria estaba por
concluir… el Satán de Bernardo tuvo piedad de él. Ahora tendría el Máximo Grado.
La medalla blanca en su pecho sería le señal para que todos supieran que él
ostentaba el grado más alto. Que no importaba los errores y las fallas, si se
persevera en silencio uno podrá ser reconocido y exaltado en la fraternidad.