sábado, 17 de octubre de 2015

Otro Año

Por Jeremías Martell

-Todos se han olvidado de ti...

Le dijo en gran triunfo Jeremías a la olvidada tumba del que en vida fuera un Gran Maestro. Habían pasado años desde su muerte y muy a pesar del estribillo que concluia con "mors non separate", sus hermanos de logia lo habían olvidado. Un Gran Maestro muerto ya le era inservible a los sicofantes de las logias.

La muerte de Santiago había sido un gran triunfo para Jeremías. En octubre de cada año celebraba su triunfo frente a la decrépita tumba abatida por los elementos.  La cual, al tiempo avanzar, era abrazada más y más por los yerbajos y alimañas de un lugar olvidado.

El verdadero testigo del amor fraternal.

Santiago no era el único altar mortuario que Jeremías visitaría. En febrero se jactaria de otro triunfo sobre la tumba de otro hermano caido... al los años pasar, más altares serían los que vistaría. Jeremías sobreviviría a todos sus enemigos...