Por Jeremías Martell
J.S. Noa estaba sentado en la oficina de aduana. Mirando a la puerta
con añoranza. Con la esperanza que algún hermano de la logia entrara y lo
salvara del lio en que se había metido.
A Noa siempre se le habían dicho de los privilegios que se adquirían
cuando se era un hermano de logia. De cómo los hermanos se ayudaban entre sí,
no importaba que.
Más en la Republica, donde le habían dicho que muchas de las personas más
importantes de la isla eran hermanos de logia. Él nunca los había visto, pero
se lo habían dicho.
Desde que había llegado a la Republica no había visitado logia alguna. Noa
estaba muy ocupado haciendo otras cosas. Pero que importaba, él era un hermano
de logia. Un hermano en necesidad. Ese era el momento en que se demostraba la
verdadera valía de la hermandad.
Con Cesar lo habían hecho. Cuando él fue estudiante de medicina, como
lo era Noa, él hizo una broma a la policía de la Republica. En la Isla lo
hubieran dejado ir. Hasta los policías hubieran reído con él por lo creativo y
osado de ese estudiante. En la República no, y fue arrestado, y encerrado en la
cárcel del cuartel.
Todo se veía muy feo para Cesar. A diferencia de la Isla, en la
Republica se es culpable hasta que se demuestre lo contrario y todos los
derechos y privilegios que se gozan en la Isla son inexistentes.
Cuando fue llevado al Comandante del Cuartel, Cesar estaba más que
asustado, hasta temía por su vida. Por todo lo que le habían dicho sucedía en
las Cárceles de la Republica. No lo había visto, pero se lo habían dicho.
En su temor no escucho las preguntas del Comandante. Quien pacientemente
se las repetía.
-¿Eres uno de los hijos?
Cesar pudo respirar después de esa pregunta. El Comandante lo estaba
retejando para confirmar si era un hermano de logia. Con temor disminuyente Cesar
le contestó todas las preguntas. Y en su mente le agradeció el regalo que le había
hecho el Viejo Marcos antes de su partida a la Republica, la humilde sortija
que lo marcaba como un hermano de logia.
Noa usaba una sortija como esa. Parecida. Él había comprado la sortija más
suntuosa y extravagante que pudo encontrar. Él quería que todos se dieran
cuenta que era un hermano de logia. Le habían dicho que muchos en la Facultad
de Medicina eran hermanos de logia... Y oficiales de la policía… y la milicia…
y del gobierno.
Le habían dicho que los hermanos de la Republica lo ayudarían, como los
hermanos de la Isla lo ayudaron.
Noa y su familia eran pobres. Su padre, un asalariado, hizo todo lo posible
por darle una buena calidad de vida y acceso a oportunidades educativas. A
pesar que Noa era un estudiante promedio, paso de ser un barbero a un técnico
de ciencias forenses a un estudiante de medicina. Pero, no tenía los recursos
para para completar su educación.
Los hermanos de logia lo ayudaron. Ellos hicieron una derrama en la
logia y en el Gran Oriente Nacional y Soberano y le pidieron ayuda a todas las
logias de la Isla. Los hermanos de logia invirtieron en él, en el futuro doctor
que el seria, Noa pudo irse a estudiar medicina a la República.
Noa jamás volvió a la logia.
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